La 5ª edición del curso interdisciplinar de la Universidad de La Laguna
Ciencia e irracionalidad en la cultura contemporánea llegó el pasado día 28 de abril a su conclusión. Una vez más, los principales aspectos de la ciencia y de las creencias contemporáneas sobre fenómenos extraños, capacidades insospechadas y otras fabricaciones ocultistas se dieron cita en las aulas de la Universidad lagunera. Esperamos haber sembrado una buena selección de semillas escépticas, en su variante fortalecedora y arriesgada, en la mente de nuestros alumnos.
Tradicionalmente, los discursos cerrados y poco aireados se ponen en guardia ante esta labor; y también se encargan de presentar tal afán (en realidad un punto de partida para la persecución incansable del conocimiento) movido por perversas intenciones de debilitamiento de las mentes que han abrazado una fe inamovible -cuando no como un peligro para su cuenta corriente. El escepticismo adquiere así la imagen de una enfermedad en la uno de sus principales efectos sería el de una anemia socio-espiritual. Bien, ya tienen de qué preocuparse y escandalizarse, como los encadenados de la caverna; o como los liliputienses que ataron a Gulliver en la playa; o como cualquier otro que pertenezca a Doctrinas prefabricadas SA. La crítica se convierte no en destrucción sino en des-construcción, el ejercicio básico, el
abc de cualquier pensamiento que no se contente con la papilla predigerida con que las aves alimentan a sus crías, la acción auto-consciente de
Neo en el momento de detener los proyectiles de los agentes de
Matrix con un gesto de su mano.
El primer módulo fue, como siempre, una perspectiva general de los principales campos de la ciencia contemporánea. En la web del curso disponen de amplios resúmenes y bibliografía. Quiero destacar la charla de la Dra. María Dolores Garralda, antropóloga física y paleoantropóloga de la Complutense que pasó revista a la evolución de nuestra especie y finalizó refiriéndose a algunas leyendas
criptozoológicas como los Yeti, los
Big Foot y otras invenciones.
El segundo módulo profundizó, como otros años, en los aspectos psicológicos de las creencias y manías paranormales, así como en ejemplos clásicos de lo
anómalo, como los platillos volantes y los fenómenos paranormales.
La directora del Museo de la Ciencia y el Cosmos de La Laguna, Inés Rodríguez Hidalgo, emuló a James Randi al entregar una carta astral personalizada a los alumnos, que debían puntuar según se adecuase a su personalidad. Omito el resultado final del experimento. ¿Le quedarán ganas a los alumnos de llamar a las aves carroñeras astrológicas y del tarot televisivo, por si en alguna ocasión se les pasó por la cabeza?
El joven historiador Sergio Baucells Mesa no se cortó un pelo y puso en su sitio la perniciosa labor de pseudo-divulgadores de nuestra historia, empeñados en ver magias, maravillas y otras chorraditas en la religión aborigen guanche y en los populares amontonamientos de piedras del barrio de Chacona de Güímar (Tenerife). César Esteban, del
IAC, recordó días después los aspectos arqueoastronómicos de este disparate pseudo-etnográfico. Si a algún
hiperdifusionista se le calentaron las orejas estos días ya sabe a qué fue debido.
Contamos con la presencia de Javier Armentia, el
pez más escéptico de Internet y director del
Planetario de Pamplona; con
Félix Ares, director del
Miramón KutxaEspacio de San Sebastián y divulgador científico; y con Luis Alfonso Gámez, administrador de la ciudad celeste y virtual de
Magonia, referencia del escepticismo hispano ante lo paranormal y otras zarandajas culturales. Armentia se ocupó de los más destacados aspectos de lo que he denominado
cristianismo paranormal: la utilización de portentos y chapuceras maravillas para sostener la citada fe religiosa, desde la sábana de Turín a las licuaciones sanguinolentas de santos varios, pasando por las apariciones marianas. Ares de Blas inició su intervención, titulada
Increíble pero falso doblando y partiendo una cuchara, en recuerdo del mayor cantamañanas del mundo paranormal, Uri Geller, y prosiguió pasando revista a unos pocos tópicos destacados de este mundillo, como las estadísticamente sesgadas investigaciones parapsicológicas llevadas a cabo por J.B. Rhine y Soal en los años 30 y 40 del pasado siglo; las predicciones y premoniciones como las de Nostradamus y el amigo Malaquías (el propio Ares de Blas comentó una predicción efectuada por él desgraciadamente cumplida, sobre un accidente aéreo en el que un avión con un motivo rojo en su fuselaje, en un aeropuerto del hemisferio norte y en el mes de abril se estrellaría con el resultado de 47 muertos. Acertó en todo, excepto en el número de muertos, que fueron 46. Nada hay de premonitorio en ello, más que unas pocas consideraciones estadísticas sencillas). La última parte de su intervención estuvo dedicada al mito de los platillos volantes, de los que citó un par de sabrosos ejemplos, como el caso de Campeche (México) de 7 de marzo de 2004 (llamaradas petrolíferas), y el
encuentro cercano de Ucero, Soria, el 28 de agosto de 1968, que resultó ser una espectacular -y simple- avería eléctrica. Por su parte, Gámez aportó una rigurosa y amena perspectiva histórica del mito de la
Atlántida, de actualidad periódicamente cada vez que alguno con ganas de perder el tiempo se le ocurre situarla en el retrete de su cuarto de baño. Si el de las
anchas espaldas levantara la cabeza...
El curso finalizó con una mesa redonda sobre las mal llamadas
medicinas alternativas, en la que tuve la oportunidad de estar junto con los tres invitados peninsulares. Fue moderada por
Luis Díaz Vilela, el psicólogo social de casi perenne sonrisa, genial en su premeditado papel de defensor de estas peligrosas prácticas, al emplear algunos de los clichés lingüísticos usuales en el mundo magufo, como la
cerrazón mental, el número de creyentes o consumidores como criterio de validación y unos recientes estudios a favor publicados en
New Scientist como pruebas confirmatorias y ya está porque lo digo yo... A Díaz Vilela le costaba aguantar la risa, más cuando la provocaba entre los alumnos y resto de los componentes de la mesa. En fin, un buen colofón al curso, ya algo más que una gota de agua en el mar de la estafa cultural y el engaño premeditado al que estamos acostumbrados (pero no indiferentes). El año que viene volveremos a la carga; pero antes habrá otras acciones, iniciativas y entremeses variados desde la isla tinerfeña, así que no se distraigan.